LOS MASAIS Y SU RARA ALIMENTACIÓN.

¿QUIÉNES SON?


Son un pueblo de una época remota, con una cultura propia de los que hoy solo quedan algo menos de 1 millón de personas en los territorios de las llanuras del Gran Valle de Rift entre Kenia y Tanzania. Su vida es prácticamente igual a la que durante siglos llevaron sus antepasados. Su existencia se rige por la salida y la puesta del sol, y el cambio de las estaciones.

Fueron guerreros, pero hoy son pastores que se trasladan con grandes zancadas y recorren largas distancias en busca de pastos verdes y agua para el ganado, que se mezclan con las manadas de ñúes, cebras, jirafas y demás animales que deambulan por las llanuras de la sabana. Su vida, economía y cultura están en relación con el ganado: vacas, cabras, ovejas. 
Los masais consumen mucha leche, además de un alto contenido en grasa, junto con sangre y algo de carne y muy pocas verduras. 
Dieta que normalmente la consideraríamos muy negativa, por los riesgos de favorecer enfermedad coronaria, o las de ictus cerebral. Sin embargo, su analítica hemática dice todo lo contrario. 
No sólo no tienen unos altos índices de colesterol y mala relación de lípidos en sangre, sino que incluso, los tienen inferiores al promedio del denominado mundo occidental. Los masais pueden consumir hasta 6 veces más colesterol en su dieta de lo recomendado. 


Su alimentación se reduce a tres grupos:

  1. La leche que consumen es producida por su vacas mestiza de cebú, y por cabras, y algo menos por ovejas. Las ordeñan directamente a una especie de calabaza alargada y transformada en recipiente multiuso, con cabida de unos 3 a 5 litros.
    Masais extrayendo sangre.
  2. La sangre es el ingrediente más típico o “raro”. Para su obtención, sin que coagule, hacen un torniquete en el cuello de la vaca, y le puncionan la yugular con una flecha. Recogen la sangre directamente en la calabaza. Mezclan leche y sangre y aún caliente la baten con unas fuertes sacudidas. Dejan fermentar y luego beben la mezcla, pasando la calabaza, de unos a otros. ¡Las mujeres y los niños primero!
  3. En cuanto a la carne, procede de ovejas y cabras, sacrificadas para ciertos festejos. La carne   bovina la consume excepcionalmente. Gran parte de la carne, procede de la caza.
  4. Consumen algunos vegetales silvestres, recogidos por las mujeres y niños, alguna harina adquirida (solo de cereales y de yuca).

¿PORQUÉ LOS MASAIS CON ESA DIETA NO TIENEN COLESTEROL ALTO O SOBREPESO?

La primera hipótesis que nos puede venir a la cabeza, tiene relación con esos impresionantes saltos que dan. Los masai hacen mucho más ejercicio, y eso, les ayuda a mantenerse saludables. El caso es que, ese factor por sí solo, no explica el fenómeno, porque sus vecinos agricultores, los bantú, tienen el mismo calórico diario y sus marcadores de colesterol y obesidad son peores. Por otro lado, sus marcadores han empeorado recientemente debido a que han ido cambiado su dieta e incorporando maíz.
El secreto podría estar en las acacias. Los Masai tienen por costumbre, tomar una infusión de corteza de acacia, cuya saponinas (antinutrientes) podrían tener un efecto de reducción de la incidencia de enfermedad coronarios. 
Aquellos masais que dejan de tomar esta infusión porque se han urbanizado, aumentan su riesgo de infarto. 



De nuevo nos encontramos con una dieta ancestral que desafío algunos de los postulados de las recomendaciones genéricas sobre nutrición. Quizá es buen momento para empezar a pensar, que la relación entre macronutrientes no es tan importante como la calidad de la dieta y su proporción de nutrientes por unidad calórica, y sobre todo, qué factores de las dietas occidentales están ausente en la mayoría de las dietas ancestrales. 
La dieta de los masais, constituye un reto para la ciencia. Poder explicar y encontrar el motivo por el cual los masais están tan saludables con una dieta así, desafía algunos postulados como el que dietas con mucho colesterol o grasa saturadas provocan enfermedades cardiovasculares. La ciencia debería ir más allá, por si nos estamos dejando algún otro factor importantes sin considerar. Las dietas de masais y esquimales son un buen ejemplo.





En el vídeo, se puede ver la extracción de sangre que los masais realizan a las vacas para poder alimentarse. Lo realizan con un arco y una flecha.

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BIBLIOGRAFÍA VANCOUVER.


1. Directoalpaladar,1. Directoalpaladarcom. [Online]. Available from: www.directoalpaladar.com/salud/dietas-ancestrales-los-masai [Accessed 12 March 2016].
2.La naveva, . 1. Wordpresscom. [Online]. Available from: www.lanaveva.wordpress.com/2009/05/13/los-masais-el-hisotico-pueblo-africano [Accessed 12 March 2016].

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2 comentarios:

  1. Residuos en la leche. Los residuos o inhibidores en leche han sido definidos como toda sustancia química o biológica que al ser administrada o consumida por el animal, se elimina o permanece como metabolito en la leche, con efectos nocivos para el consumidor. Estas sustancias no sólo incluyen a los antibióticos empleados en el tratamiento de enfermedades infecciosas, también incluyen los desinfectantes y detergentes usados en los procesos de limpieza y desinfección, y los pesticidas para el control de garrapatas, moscas y maleza (Máttar et al., 2009; Fernández, 2012).

    Los residuos antibióticos son los inhibidores artificiales más comunes presentes en la leche de vaca, con un impacto negativo sobre la salud humana, procesamiento y calidad de la leche. Los residuos antibióticos representan el principal problema en la producción segura y de buena calidad de los productos animales (Llanos, 2002; Fejzić et al., 2014).

    Efectos de los residuos antibióticos en las personas y en la industria láctea. Aunque los residuos sólo se encuentran en los alimentos en muy baja concentración, es posible que la ingestión regular de pequeñas cantidades de una misma sustancia pueda determinar manifestaciones tóxicas a largo plazo, por efectos acumulativos. Los efectos tóxicos de los residuos antibióticos en la leche pueden agruparse en directos e indirectos. Los efectos directos son aquellos producidos por la utilización de antibióticos en condiciones terapéuticas y se manifiestan de variadas formas clínicas incluyendo toxicidad renal, hepática y sanguínea, ototoxicidad, problemas medulares, efectos teratogénicos, carcinogénicos y alergias súbitas graves. Los efectos indirectos están asociados a los fenómenos de resistencia bacteriana y a las reacciones alérgicas retardadas. Además, los antibióticos presentes en la leche pueden inducir la alteración de la flora intestinal, desarrollo de microorganismos patógenos y reducción de la síntesis de vitaminas (Parra et al., 2003; Máttar et al., 2009).

    A manera de ejemplo, el consumo de antibióticos β-lactámicos puede producir reacciones adversas como erupciones máculo-papulares, urticaria, fiebre, broncoespasmo, vasculitis, dermatitis exfoliativa, síndrome de Stevens-Johnson y anafilaxia, mientras que el consumo de tetraciclinas origina irritaciones digestivas con dolor epigástrico y abdominal, náuseas, vómitos y diarreas. También pueden producir fotosensibilización, toxicidad hepática o renal, manchas oscuras en los dientes y depresión del crecimiento óseo (Guerrero et al., 2009).

    Por otra parte, la presencia de residuos de antibióticos en la leche produce un perjuicio para la industria láctea, ya que se inhiben los procesos bacterianos necesarios para la elaboración de productos derivados de la leche como el queso y el yogurt, se reduce la producción de acidez y aroma durante la fabricación de la mantequilla y se retrasan procesos como la acidificación, el cuajado y la maduración del queso, llegando incluso a inhibir completamente la fermentación en algunos casos o disminuyendo la retención de agua, originando una textura blanda y sabor amargo (Crosby, 1997; Fernández, 2012). Esto ocasiona mayores costos de elaboración, de materia prima y alteración de la producción que implica una pérdida de rentabilidad para los productores.

    Los antibióticos en la leche no desaparecen totalmente con los tratamientos térmicos. Por ejemplo, la penicilina pierde solamente el 8% de su actividad luego de la pasteurización y 50% con la esterilización; la ebullición de la leche destruye aproximadamente el 66% de los residuos de estreptomicina y 90% de los residuos de tetraciclina (Parra et al., 2003).

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  2. La repuesta es muy simple, siguen una dieta rica en grasas y baja en hidratos de carbono, que son realmente los responsables de todas las enfermedades relacionadas con el síndrome metabólico, obesidad, diabetes 2, hipertensión, infartos, ictus,... y no las grasas cómo nos han estado diciendo. Reduce tu consumo de hidratos y come pocas veces al día y conseguiras revertirlas, y te pondrás como un masai.
    https://youtu.be/5pyukmByKB8

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